NO ROBE TUMBAS
No sea un ladrón de tumbas. Deje tranquilos a los cadáveres. A su debido tiempo la Naturaleza dispone de esos restos, si no se les perturba. Cada vez que usted desentierra un viejo agravio, o un antiguo error, recreándolo en su mente, o pero aún,contándoselo a alguien, no está haciendo otra cosa que ultrajando un sepulcro, y ya sabe lo que va a encontrar.
Viva el presente. Rece positivamente por la solución de los problemas apremiantes. Prepárese inteligentemente para el futuro, y no perturbe el pasado. Eso es lo que Jesús quería decir cuando nos indicó: “Dejad que los muertos entierren a sus muertos”. Pensar en el pasado equivale a la muerte. Cada vez que usted piensa en el pasado, fortalece hasta ese punto su creencia en las limitaciones del tiempo, se hace más viejo, más débil.
Dios dice: “ Este es el día de la salvación. He aquí que hago nuevas todas las cosas”, y Dios tiene razón.
Formule hoy una ley para usted: No tocará mentalmente ninguna cosa negativa que haya ocurrido hasta ahora, y cumpla esa ley.
La vida es demasiado preciosa para dedicarse a robar tumbas. El pasado es pasado: suprímalo. Ese es el gran secreto para resolver los agravios, los yerros, y las decepciones: suprímalos. La forma de hacerlo es sencilla:
bórrelos de su mente y niéguese a verlos como algo que existe actualmente.
Si lo asalta un recuerdo negativo, incinérelo creando el pensamiento correcto ( el fuego del Amor Divino) y olvídelo.Como el presente es tan emocionante, tan interesante y el futuro es tan glorioso como a usted le gustaría que fuera, es tonto desperdiciar la sustancia de su alma en lo que en realidad está muerto.
No ofrezca resistencia
Cuando usted presta atención a algo, lo que hace es crearlo
en su consciencia, para bien o para mal.
Cuando usted afronta
alguna situación negativa, la forma científica de afrontarla consiste en
retirarle su atención mediante el procedimiento de crear
su opuesto en su subconsciente. Cuando usted lo consiga, lo indeseable caerá al vacío como una fruta pasada. De
William Penn se cuenta una anécdota maravillosa. Desde su infancia, William Penn estaba habituado aportar una espada a toda hora, porque en su época , esa arma formaba
parte del atuendo de un caballero. Undía, se le ocurrió
que la espada era incongruente con sus creencias cuáqueras, pero por otra parte
sabía que se sentiría muy
avergonzado por no llevarla.
Consultó a George Fox, aunque no dudaba que su líder le
diría: “ Es algo malo. Debes dejar de usarla”.
Sin embargo, George Fox no le dío esa respuesta. Fox guardó
silencio por un momento y al cabo dijo: “’ Lleva tu espada hasta que no puedas
llevarla más”.
Aproximadamente un año después, Penn advirtió que llevar la
espada sería más vergonzoso que andar sin ella, y le resultó muy fácil dejar de
usarla.
No le quite a la gente las muletas ( o no se quite usted las suyas). Cuando no sean necesarias, desaparecerán. Disuelva la necesidad.
No le quite a la gente las muletas ( o no se quite usted las suyas). Cuando no sean necesarias, desaparecerán. Disuelva la necesidad.
No
combata su reuma, o sus deudas , o
su trabajo desagradable, ni siquiera su mordacidad ( si usted es mordaz) . En vez de eso
cree salud, prosperidad, armonía, buen humor, en su consciencia, y lo
indeseable desaparecerá.
Emmet Fox